CURSOS
EL KARATE
es mi vida y mi pasión
Hace más de 30 años, siendo una niña con coletas, lo que más me gustaba entonces era jugar y disfrutar del hula hoop en el gimnasio. Ahora sigo yendo a entrenar con las mismas ganas, pasármelo bien. Me entusiasma aprender divirtiéndome, queriendo saber más y más. Se lo debo a mis padres, que nunca me dejaron abandonar, a mi maestro Javier Pineño, que me enseñó a ser fuerte y a superar adversidades.
Me ha dado hasta mi pareja, mi actual coach me aporta seguridad y autoconfianza, siempre creyó en mí, incluso cuando las cosas parecían imposibles. Todas estas vivencias forman mi personalidad y se reflejan en el día a día. En el karate nunca hay límites, las metas no están escritas. Para mí ha llegado a convertirse en una forma de vida, descubrí en él muchas cosas positivas a nivel físico y técnico, pero sobre todo a nivel personal, pues me sigue enseñando a ser como soy. Ahora ha llegado el momento de compartir nuestros conocimientos.
Cursos y seminarios
por todo el mundo
Jesús (mi coach) y yo somos un equipo y hemos querido compartir nuestra filosofía, viajando y enseñando a todos nuestros alumnos por diferentes países. Cuando nos llaman analizamos a priori sus características, tanto si es un gran colectivo como si es un grupo reducido particular. Con todos seguimos una disciplina específica de entrenamientos para el kata de competición. Cuando impartimos seminarios de fin de semana con una duración de 6 a 9h, tenemos muy presente que la práctica de este deporte no se refiere exclusivamente al desarrollo físico-técnico, mejorando los puntos de máxima dificultad del kata con trabajos específicos para la mejora de la potencia, velocidad y equilibrio. También hacemos hincapié en una base fundamental para una educación en valores, respeto, educación, disciplina y esfuerzo.
La auténtica
recompensa está en seguir el Karate-Do
Lo tengo claro, jamás abandono tras una derrota; «no poder conseguir el oro en los campeonatos solo da nuevas oportunidades». Nadie es invencible, siempre pienso eso para superar a las rivales. La competición es muy dura y el nivel, muy alto. Nunca puedes confiarte. Solo me motiva seguir creciendo y ser consciente de lo mucho que me queda por recorrer. Considero que aunque en el último medio siglo el karate se ha convertido en un deporte social y es la referencia entre las artes marciales, siempre será el camino que orienta mi evolución. Por eso huyo constantemente de pensamientos negativos que no ayudan a seguir centrada en mi camino, solo quiero ser feliz. Trato de progresar en mi kárate, investigando y aprendiendo alrededor del mundo. Permíteme un consejo y recuerda una cosa:
Mejorar como persona debe ser siempre prioritario a ganar o perder